“… los óleos siguen secándose y respirando con el paso del tiempo. La obra de arte nos acompaña, en parte porque es durable como el principio de realidad que no busca satisfacción inmediata. Porque nos sumerge en realidades que se vuelven a percibir en la conciencia y nos devuelven un nuevo principio de realidad. Porque estas obras nos piden y nos dan tiempo, y así también nos dan su contraparte de deseo.”
Melina Berkenwald