"Un cuadro no representa nada, no debe ante todo representar otra cosa que colores" (…) "el pintor no ha querido otra cosa. Su psicología es el encuentro de sus dos tonos. Su emoción está ahí. Es esa su historia, su verdad, su profundidad propia." Paul Cézanne
Como pintor me interesa trabajar problemáticas específicas del lenguaje de la Pintura más allá de las temáticas o imágenes que se relatan en la superficie. En este sentido la idea de límite subyace en mis obras desde hace tiempo y se hace presente en las siguientes preguntas:
¿Cómo representar el límite entre las formas? ¿Es una línea? ¿Es aire? ¿Es luz que se colorea? ¿Es información digital? / ¿Cuál es el límite hoy entre la Fotografía y la Pintura? ¿Cuál representa la experiencia de lo real de un modo más sincero? / ¿Cuál es el límite entre la figuración y el cuadro abstracto? / ¿Dónde está el límite entre el boceto y el cuadro terminado?
Mi obra se inscribe dentro de los límites tradicionales de la Pintura. Trabajo con óleo sobre soportes rectangulares y generalmente de tamaño intermedio. Pinto retratos, paisajes, objetos y escenas de interiores. Soy un pintor de caballete, intimista, y soy figurativo. Asimismo entiendo que la Pintura es mucho más que eso y que, incluso dentro de esos cánones, sigue teniendo la capacidad de dialogar y problematizar el mundo contemporáneo.
Me interesa entonces investigar los límites más tímidos de la pintura, las bases geológicas de ese proceso misterioso que nos encandila cuando contemplamos algo tan simple como un rectángulo sobre una pared.
En principio encuentro el problema del límite en la definición de la forma. Es decir la situación particular que ocurre en el contorno entre una forma y otra. Su linealidad, su dispersión, la distorsión del color, la luminiscencia. Ese límite, aparentemente superficial, que sin dudas es una de las principales metáforas de la Pintura. Es el límite que cuestionó Leonardo al inventar el sfumato y transformar un mundo de sonrisas certeras en otro ambiguo, misterioso y humano. Es el mismo que más adelante el Impresionismo desintegró en átomos de color dando forma pictórica a las teorías de Newton sobre el mundo físico. En cierto modo, las formas del límite son las formas en que el mundo es pensado a lo largo de la historia.
Luego, en relación a la representación, pienso en los límites entre la Pintura y la Fotografía en la actualidad ¿Cuál sigue siendo el sentido de la pintura figurativa en el mundo de la imagen digital? ¿Cómo debe ser la materia pictórica en una realidad de luz reflejada en pantallas? ¿La Pintura depende de esa imagen o es algo más intenso que subyace? ¿Es la Pintura una imagen en sí misma o es un plan abstracto disfrazado con distintas pieles?
Por último un abordaje procedimental-técnico me hace pensar en el límite que existe entre el cuadro final y su proceso de desarrollo ¿Cuántos cuadros existen dentro de un cuadro? ¿Qué ocurre con todas las formas intermedias que devienen al pintar?: Bocetos, fotobocetos, paletas descartadas, anotaciones, imágenes erradas o descartadas ¿Cuántas de estas formas son parte necesaria del cuadro final? ¿Deben ser exhibidas o desestimadas? ¿Poseen valor artístico?
La muestra que presento en la Oficina Proyectista intenta plantear todos estos interrogantes de un modo poco solemne. Es una muestra para observar, para olvidarse, para imaginar situaciones y elaborar teorías o simplemente divertirse con las conversaciones entre un color y otro.