Estas pinturas suponen un regreso al origen y, por tanto, un nuevo punto de partida. Recopilan imágenes pasadas y se entremezclan con cuadros deseados todavía no pintados. "Cero" es una especie de juego sin reglas que me permite repensar la pintura y seguir adelante.
Tomando distancia en el tiempo este grupo de obras funciona como índice de muchos mundos que fueron desarrollados más adelante. A la vez son el bosquejo de un modo particular de entender la pintura como un devenir no lineal, como un proceso en el que se van entrelazando múltiples búsquedas.